“no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales,
pero las que no se ven son eternas.”
2a. Corintios 4:18
!Qué cautivante es la trampa de lo que se ve, y qué necesario que el Señor nos mantenga sujetos a las cosas que no se ven! Y el apóstol Pedro a de andar sobre el agua, tiene que andar; si va a nadar, tiene que nadar: no puede hacer ambas cosas.
Si un pájaro ha de volar; tiene que mantenerse alejado de los cercos y los árboles y confieren sus fuertes y flotantes alas. si se mantiene al ras del suelo podrá volar.
Dios tuvo que llevar a Abraham hasta lo último de sus fuerzas para que el viera en su propio cuerpo que no había nada que él pudiera hacer. El patriarca tenía que considerar su cuerpo muerto y ahí tomar al Señor para toda la obra que tenía por delante. Cuando el dejó de considerarse a sí mismo y empezó a confiar en el Señor, entonces pudo persuadirse del hecho de que lo que Dios promete, lo cumple.
Esto es lo que el Señor quiere enseñarnos. él tiene que retener los resultados positivos hasta que aprendamos a confiar en Él, entonces él obra con gozo para que su trabajo sea realidad tanto en los hechos como en la fe.
Esperemos sólo en el día de hoy para que se haga lo que él quiera, de la manera que él quiera.
MEDITEMOS Y OREMOS
